• Iniciativa, fuerza y persistencia, son las principales características que se identifican en las voces de cinco mujeres cuyas vidas se encuentran estrechamente vinculadas a las montañas de la Región Metropolitana.
En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer, el Programa Andes Santiago de Corfo entrevistó a cinco mujeres que han demostrado gran liderazgo en torno a la vida en la montaña. ¿Quiénes son? ¿A qué se dedican? ¿Qué significa la montaña para ellas? Conócelas a continuación.
Emprendimiento turístico en torno a la montaña
Paulina Ahumada es dueña de la Hostería Millahue en el Cajón del Maipo. Una empresa de alojamiento que nace en 1952, de tradición familiar en la que han liderado cuatro generaciones de mujeres. En sus inicios, el tren militar que llegaba al pueblo de El Melocotón jugó un rol fundamental, ya que les permitía transportar la mercadería y acercar a los turistas que luego eran llevados en carreta hasta la Hostería.
“Pasaban largas temporadas aquí, buscando lo que hasta hoy es valorado por quienes nos visitan: una mejor calidad de aire, cálida atención, rica comida, tranquilidad y descanso”, señaló Paulina. Un desafío que, desde ese entonces, ha sido encabezado por trabajadoras mujeres que han hecho crecer un negocio que en la actualidad ofrece confortables habitaciones, servicio de restaurant y spa; con un sello femenino y familiar para los visitantes.
Todo esto ha sido posible también, gracias al tremendo significado que estas cuatro generaciones de mujeres le han dado a la montaña. En palabras de Paulina: “la montaña me recuerda día a día, algo que cada vez se pierde más: la pureza y la gratitud”.
El Cajón del Maipo posee una amplia oferta turística que ha debido adaptarse a los actuales desafíos del sector. Así es como al igual que Paulina, Sandra Morales, del Rancho El Añil, lidera su propio negocio. Un completo complejo turístico con servicios como spa, actividades, restaurant, alojamientos, salón para seminarios, entre otros.
Con todo lo anterior, ha decidido ir más allá e incorporar acciones en la línea del turismo inclusivo. Así es como el año 2016, el complejo turístico comenzó a trabajar en conjunto con niños y jóvenes con capacidades diferentes del Cajón del Maipo, en programas de hidroterapia, actividades y trekking inclusivo para no videntes y personas con desplazamiento reducido.
Para Sandra, la montaña es un desafío constante: “…me motiva a dar lo mejor de mí para superar las adversidades, ser solidaria y empática con el género y, a través de la inteligencia emocional, fortaleza y sensibilidad, poder seguir avanzando en lo que hago”.
Desafíos para el deporte femenino en la montaña
No solo en el emprendimiento de montaña las mujeres han tomado un rol relevante. También en los deportes que se practican en zonas montañosas. Con frecuencia en esta área se ven más hombres que mujeres. Sin embargo, cada son más las que deciden aventurarse en la montaña y asumir el desafío con disciplina, fuerza, entrenamiento y sobre todo, motivación. ¿Y cómo no hacerlo?, las misteriosas cumbres de nuestra Cordillera de Los Andes incentivan a su exploración con sus majestuosos paisajes y la fresca brisa que se desplaza entre ellas.
Patricia Soto, es montañista y académica. Fue la primera mujer chilena y sudamericana en llegar a la cumbre del Monte Everest y en completar las Siete Cumbres. Para ella, la montaña y sus entornos han sido sus grandes maestros. Desde su perspectiva, considera que los deportes de montaña en Chile son de difícil acceso para muchas personas, ya sea por el costo, acceso a equipos, acceso a lugares, entre otros factores. “Si nos enfocamos solo en las mujeres, este deporte tiene una carga histórica en que la sociedad lo ha señalado como una actividad solo apta para hombres, que inconscientemente nos hace creer que no somos lo suficientemente buenas para desarrollar deportes de montaña y no lo vemos como una opción. Sin perjuicio de eso, creo que esta realidad está cambiando y el desafío está en romper esa visión, atreverse y tomarse los espacios”.
En la misma línea, Ángela Cárdenas, quien también es montañista, rescatista WFR, guía de la ANGM y fundadora de Morrena Expediciones; considera que “el reto para las mujeres que quieren iniciarse en los deportes de montaña es creerse más el cuento y desafiarse, dejar de estar esperando que un compañero te lleve o te abra la huella y eso implica mucho entrenamiento, incluso, a veces más que lo que necesita un hombre”.
Por otra parte, la montañista señala que es necesario seguir incentivando la integración de las mujeres en los deportes: “Gestionar ayuda para mujeres que quieren formarse profesionalmente como guías de alta montaña, ya que en Chile por lo caro que es todavía no existe ninguna…tenemos menos trabajo y oportunidades que los hombres; entonces, una ayuda económica o beca sería un gran apoyo para muchas mujeres con capacidades en el área”.
Patricia Breuer es argentina residente hace 8 años en Chile. Es guía profesional de trekking, montañista y practica trail running. Además, es socia fundadora de Mujeres a la Cumbre, desde donde además impulsa la red internacional colaborativa Mountain Women of the World Network con representación en 8 países.
Para ella, el tema de la visibilización de la mujer en el deporte de aventura está cambiando: “gracias a mujeres fuertes que son referentes de otras y que tienen un rendimiento increíble como podemos ver hoy por hoy en la montaña”. Sin embargo, al igual que Ángela, considera que “falta apoyo de los gobiernos, empresas y marcas para que más mujeres puedan dedicarse, capacitarse y formarse profesionalmente para trabajar en la montaña”. Agregó además que también “el tiempo siempre juega en contra por deber cumplir con otras responsabilidades profesionales, laborales o familiares”.
Aventurarse en el deporte de montaña para las mujeres no es solo fuerza, coraje y disciplina. Tiene que ver también con incentivos más profundos y personales. En palabras de Ángela: “la montaña es un camino para el autoconocimiento, donde al llevar tu cuerpo a ese esfuerzo máximo, sin conexión de teléfonos, viviendo con solo lo esencial…conoces tus miedos, tus límites y te escuchas. Es para mí el camino para ser la mejor versión de una misma”.
Para la fundadora de Mujeres a la Cumbre, la montaña cambió su vida: “Me descubrí de verdad. Encontré mi esencia. El deporte y la montaña no estuvieron por naturaleza en mi familia… es algo que busqué y encontré. Hoy a mis 45 años, la montaña me sigue sorprendiendo y me lleva a lugares que nunca hubiera soñado. Me reúne con mujeres y comunidades únicas. Tengo hermanas de vida gracias a la montaña, con las que nos animamos a emprender, equivocarnos y volver a emprender”.